LAS AVENTURAS DE TINTÍN: EL SECRETO DEL UNICORNIO (2011) dir: Steven Spielberg

Desde siempre me han gustado los cómics y me genera una gran expectativa cada vez que sale al cine una adaptación de estos. Sin embargo he sufrido varias decepciones con películas como El hombre araña y Ásterix, que son adaptaciones que no le rinden el tributo merecido a los trabajos gráficos que las antecedieron. En esta ocasión tengo que decir que Las aventuras de Tintín de Steven Spielberg, con la mano oculta de Peter Jackson, es un lindo homenaje a los cómics de Hergè.

Para los conocedores del cómic, hay que decir que la película toma elementos de tres libros: El cangrejo de las pinzas de oro, El secreto del unicornio y El tesoro de Rackham el Rojo. La historia comienza con Tintín comprándose una réplica de un barco antiguo, el Unicornio, en un mercado de las pulgas para inmediatamente descubrir que esa pieza tiene mucha gente detrás y así iniciar una aventura, junto a su inseparable perro Milú, por mar, tierra y aire con el fin de descifrar el misterio que encierra aquel objeto. En el transcurso de la película van apareciendo personajes clásicos como son los detectives Hernández y Fernández, la cantante Bianca Castafiore y el capitán Haddock que es el alma de la película. Digo esto último porque Tintín es un personaje realmente neutro que no inspira muchas cosas y cuyos logros se los debe más a la sagacidad de su perro que a su intelecto, mientras tanto el capitán Haddock es un personaje pasional sobre el que recae toda la trama.

Lo más llamativo de esta versión de Tintín hecha por Spielberg es la técnica que utilizaron para hacerla. En la película se mezclan la animación por computador y lo más avanzado en motion capture, que consiste en registrar los movimientos y expresiones de actores reales. Esto quiere decir que se queda en la mitad entre una adaptación a personajes de carne y hueso y una película de animación. En mi opinión este es un gran acierto, porque permite que los personajes sean un poco más humanos a la vez que permite volar la imaginación del director para entregarnos escenas tan estupendas como la persecución de un halcón por entre la ficticia ciudad marroquí de Bagghar.

Lo increíble de los cómics de Tintín y lo que supongo que los hizo tan exitosos es poner a un joven, con más cara de niño que de adulto y sin una personalidad muy definida con el que cualquiera puede identificarse, a vivir extraordinarias aventuras a bordo de barcos, aviones, submarinos y llegando a los parajes más remotos del orbe. Un día Tintín  está en un castillo en Escocia y al otro en Bolivia para después terminar en la luna. Leer esos libros a mediados del siglo pasado debía ser un deleite porque era descubrir las cosas maravillosas que ofrece el mundo y que para nosotros son tan normales gracias a los medios de comunicación. El gran merito de Hergé es volver el mundo, con sus ladrones, muertes, culturas asombrosas, etc. una gran aventura para niños. Creo que Steven Spielberg logró capturar esa esencia y plasmarla en una obra cinematográfica de última tecnología.

Puede que el mundo de hoy no tenga cabida para un personaje tan plano como Tintín cuya gracia es que su escenario es el mundo. Hoy el mundo está al alcance de todos y no hace falta imaginarnos fantásticas aventuras. Sin embargo el de Spielberg y Jackson es un justo homenaje a un personaje que divirtió a tantas personas. Puede que esta película no genere nuevos fanáticos del reportero belga, pero seguro todos sus fanáticos (que no son pocos) sabrán apreciarla.