Archive | May, 2013

Vuelo de Brujas

19 May

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Tres personajes flotan, sostienen en el aire a otro personaje que sufre mientras los otros parecen soplar sobre su cuerpo. Debajo de ellos, sobre una montaña, un hombre avanza con la cabeza cubierta dejando atrás a un burro y a otro hombre que en el suelo se tapa los oídos desesperado. Esa es la enigmática imagen de Vuelo de brujas, un lienzo que Goya pintó bajo encargo para decorar la casa de un magnate. Esa obra, de apenas 43,5cmX30,5cm , es el centro de un trance, un trance de 101 minutos cuyos responsables son el director D. Boyle y los guionistas J. Ahearne y J. Hodge, creadores de la película Trance.

 

La versatilidad de D. Boyle ha sido comprobada y se podría decir que es capaz de asumir cualquier reto (vea aquí la reseña de su incursión en el mundo de los zombies). Tanto es así que fue él el responsable de dirigir las ceremonias de apertura y clausura de las Olimpiadas 2012. Trance es su nueva apuesta, un viaje vertiginoso en busca de un recuerdo perdido dentro de la mente de un personaje.

 

Ese personaje es Simon (James McAvoy), un empleado de una casa de subastas londinense, que se alía con Franck (Vincent Cassel), un criminal francés, para dar el golpe de sus vidas y robar el Vuelo de brujas, una obra avaluada en más de veinticinco millones de libras. Sin embargo, durante el robo Simon decide cambiar los planes, recibe un golpe en la cabeza y el paradero de la pintura queda perdido en su memoria. Para recuperar ese recuerdo, el protagonista es sometido a sesiones de hipnosis con la Dra. Elizabeth Lamb (Rosario Dawson). A partir de ahí comienza el trance para el espectador que se ve enfrentado a confusos flashbacks, alucinaciones y un montón de giros inesperados en la trama. El ritmo de de este viaje por la mente de Simon está dado por la fotografía de A. Dod Mantle, llena de colores, espejos y distorsiones, y por una carga importante de ambientación musical que es un sello distintivo de D. Boyle. Hay que estar atento para no perderse dentro de lo que es real y lo que es sueño y solo hasta el final todo tendrá una explicación, una explicación que seguramente no resista un análisis riguroso. 

 

Trance es precisamente eso, un trance visual. Un viaje por la mente humana que le hace homenaje a la obra de Goya. Una intensa narración visual, más parecida a un video musical que a una película. Una trama que en el fondo resulta banal con sus numerosos giros y trampas, pero un desarrollo realmente entretenido. Buena opción para ir a cine en estos días de mayo.

Twitter: @peresoj