Días de cine francés… en blanco y negro

1 Oct

Marienbad

Javier Marías escribió hace poco una columna en el diario El País a la que intituló Si sólo viviéramos los vivos. En dicho texto, el autor da algunos ejemplos que ayudan a ilustrar el problema de que “todo lo que ha habido sea inmediatamente relegado al olvido”. Marías habla de un mundo en el que la gente desconoce desde referencias religiosas como una Pietà hasta referencias culturales tan recientes como Freddy Krueger. Por supuesto, en ese mismo mundo, que no es una ficción sino el lugar en el que vivimos, la gente desconoce el cine en blanco y negro y del cine mudo tal vez ni han oído hablar. En contra de esa tendencia se está llevando a cabo por estos días en Bogotá el 13 Festival de Cine Francés que dentro de su amplio programa abarca películas que datan desde 1933 hasta la actualidad, una maravilla.

 

Maravilloso poder ir al teatro del C. C. Avenida Chile, antiguo Granahorrar, y econtrarse con Los 400 golpes (1959), ópera prima de François Truffaut que le valió en su momento para ganar el premio al mejor director en Cannes. Supuestamente basada en la vida del mismo director, la cinta sigue los pasos de Antoine Doinel (Jean-Pierre Léaud), un púber especialista en meterse en líos, los cuales comienzan cuando un estricto profesor lo descubre con un almanaque de mujeres semidesnudas en sus manos. A partir de ese momento, empujado por una tensa situación familiar y un sistema educativo deficiente, el protagonista va dramáticamente perdiendo el rumbo hasta que sus padres y las autoridades lo dan como un caso perdido. Son varios los momentos geniales en la película, como cuando Antoine lee a Balzac, queda fascinado, le construye un altar, le prende una vela y termina incendiando su cuarto; o la escena en la que el profesor de educación física sale con los alumnos a trotar por las calles de París y al estar tan concentrado en su propio ejercicio no se da cuenta de que todos los niños se van escapando de la fila hasta que sólo queda un par detrás de él. Todos los elementos le van dando fuerza a una escena final en la que resulta imposible no emocionarse con la corrida de Antoine hacia el mar.

 

Magnífico también ir al centro y sentarse en la Cinemateca Distrital para ver El año pasado en Marienbad (1961), cinta dirigida por Alain Resnais, ambientada en un hotel inmenso, barroco, de infinitos corredores y fastuosos jardines en los que un hombre habla con una mujer sobre un supuesto encuentro que ellos dos tuvieron un año atrás en ese mismo lugar, encuentro que ella niega. ¿Cuál de los dos miente? ¿Cuál de los dos dice la verdad? Sinceramente, la película no ayuda mucho a responder dichas preguntas, más bien sirve para enredar la mente con enigmas que se van multiplicando en cada escena. Lo interesante es que durante los 94 minutos que dura la proyección, sin necesidad de una historia concreta y diáfana, Resnais logra sumergir al espectador dentro de un universo que a pesar de lo misterioso e incomprensible resulta sumamente atractivo. La verdad es que cuesta pensar en experiencias más auténticas e intensas que desplazarse por los recovecos del hotel Marienbad e ir formulando toda clase de hipótesis fallidas con el fin de darle forma a una historia que no es historia.

 

Excelente es, en fin, tener la oportunidad de toparse en los teatros de Bogotá con esos blancos y negros de Truffaut, Resnais, Godard, Renoir y Bresson, entre otros, ya que no son simples documentos históricos sino que son obras majestuosas que se alzan por encima del paso de las décadas.

13 Festival de Cine Francés en Bogotá del 25 de septiembre al 8 de octubre en las salas de C. C. Avenida Chile, Cinemanía, Cinema Paraíso, Cine Tonalá, Multicine San Martín, Cinemateca Distrital y Babilla Moviplex.

En Twitter: @peresoj

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